Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reir. No es que ya no me intereses, pero el tiempo de los besos y el sudor... Es la hora de dormir. Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de si dejó. Mal y tarde estoy cumpliendo la palabra que te di cuando juré escribirte una canción. Un dios triste y aburrido nos castigó por trepar juntos al árbol y atracarnos con la flor de la pasión... por probar aquel sabor.
El agua apaga el fuego y al ardor los años. Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a acerse daño... Y cada vez peor, y cada vez más rotos, y cada vez más tú, y cada vez más yo sin rastro de nosotros.
martes, 22 de febrero de 2011
Amor se llama al juego.
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