No conocían el mar y se les antojó más triste que en la tele. Pájaros de Portugal sin dirección, ni alpiste, ni papeles. Él le dijo "vámonos", "¿dónde?" le respondió llorando ella. Lejos del altar mayor, en el velero pobretón de una botella. Despójate el añil redil del alma de largo con camisa. Devuélveme el mes de abril. Se llamaban Abelardo y Eloísa, arcángeles bastardos de la prisa. Alumbraron el amanecer muertos de frío. Se arroparon con la sensatez del desvarío tuyo y mío de vuelta al hogar, qué vacío deja la ansiedad qué vergüenza tendrán sus papás.
viernes, 25 de febrero de 2011
Pájaros de Portugal.
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